29. Obstinados y persistentes – Parte 1.
Guillermo Carey en la India, Adoniram Judson en China, David Livingston en África… ¿qué tenían en común?… eran OBSTINADOS Y PERSISTENTES. Pasaron años y años trabajando por el Evangelio para ver los primeros incipientes frutos en almas a los pies de Cristo.
Adam Clark trabajó 40 años para terminar su comentario de las Escrituras. Edward Gibbon investigó y escribió por décadas para terminar la obra: “Historia de la decadencia y caída del imperio Romano”. George Stephenson, 15 años desarrollando la locomotora. Charles Goodyear, 10 años de pobreza y ridículo perfeccionando el material para elaborar millones de llantas en el mundo. ¿Qué tenían en común?… eran OBSTINADOS Y PERSISTENTES.
Y tú, ¿Cuánto tiempo llevas bregando por tus metas?… cuídate del “Aquí y ahora”. No caigas en la trampa de los instantáneos de la época. En los andares del cielo se suele pelear y ganar las batallas con un poco más que un solo día de guerra.
Es cierto que Dios responde con resoluta inmediatez, pero también es verdad que la casta de los grandes personajes de la fe se han definido en victorias coronadas en el tiempo extra, con el cronómetro extendido, con aquel nuevo capítulo que exigía una leyenda inspiradora del guerrero OBSTINADO Y PERSISTENTE.
Tenemos hambre por su Gloria, presionamos por respuestas, la iglesia abandona el letargo y despierta susurrando: “algo debe suceder”. Son tiempos emocionantes y por lo tanto: no debes remitir, no te estanques ni te detengas, sigue adelante considerando la consigna de los OBSTINADOS Y PERSISTENTES: “La oración persistente siempre encuentra su galardón”.
Isaías 62 versículo 1 dice:
“Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha”.
Obstinados y persistentes en la oración, busca la respuesta, presiona una y otra vez, los obstinados y persistentes encontrarán la respuesta, aunque esta no llegue de la manera y en el tiempo esperado, lo certero es que Dios responderá.