28. Angustia versus alegría.
Los tiempos de crisis incrementan la presión en todo el sistema. ¿cuál sistema?… tu vida. Una sensación de apremio se instala profundo en tu pecho, la mente se agita, el sueño merma, noches largas, el apetito desvanece o se incrementa. La tensión crece, una presión en tu cráneo que se transforma en una molestia inoportuna, al final del día una terrible cefalea. Presión, angustia, perturbación, desesperación, más de una persona llegó al final de la línea tomó un arma y acabó con todo, aunque en realidad ese no es el final, acá en la tierra será el inicio de una tragedia para los que quedan, y en la eternidad el principio de algo peor de lo que dejó en la tierra. Presiones, se instalan y lo que buscan es no dejarte vivir.
¿Habrá una salida?… la angustia será parte de la vida, pero no debemos ser esclavos de ella. El salmo 94.19 NVI nos da una alternativa a la angustia creciente:
“Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría.”
¿Puede creerlo?… ¿es en serio?…. ¿alegría directamente proporcional a la angustia?… ¿me deja parafrasear la composición del trovador?… “Cuando se iba incrementando la angustia, tu me ibas llenando de alegría”. El tsunami se viene encima para devastar y destruir, y de repente en un silbo suave de adoración, de rodillas a la sombra del Altísimo, una mano gentil acaricia tu espíritu y el consuelo del gran Padre de los cielos te recuerda que nunca estarás solo en esta tierra, que no habrá batalla solitaria, que su amor alimenta nuestra alma y el fruto es alegría… ¿alegría?… ¿en verdad puedes beber alegría cuando la angustia tóxica y perversa se acerca como una sombra terrorífica propia de una película de espanto?… ¿será posible encontrar alegría en medio del terror?… el Salmo dice que si es posible, ahora nos queda vivirlo.
Recuérdelo: La angustia queda neutralizada por el consuelo de Dios que produce alegría.